La imposición de la casulla de San Ildefonso es una de las tradiciones más veneradas de Toledo, llegando a ser representada en multitud de obras de arte. En este post, te contamos la leyenda de su casulla.
¿Quién es San Ildefonso?
Ildefonso de Toledo nació en esta ciudad en el año 607 y murió en el 667. Fue hijo de padres visigodos y sobrino de San Eugenio III. Estudió en Sevilla (tutelado por San Isidoro) y formó la orden de San Benito, apartándose de sus padres, nobles quienes rechazaban su vida sacerdotal. Desde el 657 al 667, fue obispo de Toledo. Es famoso por haber unificado la liturgia en nuestro país y haber escrito múltiples obras (sobre todo, de la Virgen María).
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La Leyenda de la Casulla de San Ildefonso
Ildefonso y dos diáconos, la noche del 18 de diciembre del año 665, se dirigían hacia la Iglesia mayor de Toledo -la cual se halla en el sitio que hoy ocupa la Catedral-. Cuando entraron a la oscura nave, después de abrir su ponderoso portón, observaron una fuerte luz que venía del altar. En concreto, ésta parecía emanar de la silla del Obispo.
Los acompañantes de Ildefonso salieron despavoridos, pero él, que no sintió miedo, se acercó al brillo. Descubrió que la luz procedía de la Virgen María, a la que acompañaban ángeles que entonaban cánticos celestiales. Ildefonso no pudo evitar caer de rodillas ante su presencia y la Virgen pronunció las siguientes palabras: “Tú eres mi capellán y fiel notario. Recibe esta casulla la cual mi Hijo te envía de su tesorería”.
Entonces, colocó la casulla sobre Ildefonso y le pidió que sólo llevara esta prenda en las festividades que a ella le dedicasen.
Todavía, en la Catedral de Toledo, se puede ver la piedra que la Virgen pisó cuando se mostró a San Ildefonso.
La historia de la Casulla de San Ildefonso narrada por Gonzalo de Berceo
Gonzalo de Berceo transcribió esta leyenda toledana en ‘Milagros de Nuestra Señora’:
“Y como la Gloriosa, estrella de la mar,
sabe a sus amigos galardón bueno dar,
aparecióle un día con muy gran mayiestat,
con un libro en la mano de muy gran claridat,
el que él auíe fecho de la virginidat;
plogolo a Illdefonso de toda voluntat,
Fízoli otra gracia, cual nunca fue oída,
dioli una casulla sin aguia cosida,
obra era angélica, non de ome texida,
fablioli pocos vierbos, razón buena complida”.
¿Te ha gustado esta explicación? Recuerda que puedes encontrar más leyendas en nuestro blog. Por ejemplo, la historia de la Virgen de la Almudena.
Trasiego de la Casulla
Dadas la invasión árabe, San Isidoro decide trasladar diferentes reliquias a la Iglesia Mayor Toledana. Entre ellas, la Casulla de San Ildefonso.
En el siglo XVII, el Arcediano de Tineo y cronista de la catedral de Toledo, Marañón de Espinosa, indicaba: “Sólo sabemos que quedó dentro del arca, cuando se verificó el reconocimiento oficial de ésta en tiempos de Alfonso VI, la preciosa vestidura que Nuestra Señora trajo del cielo a su capellán San Ildefonso, que no sabemos si fue alba o casulla porque la cédula no decía sino vestimento sin declarar más”.
Para aclarar: el alba es otro tipo de ropa sacerdotal.
La Casulla de San Ildefonso en el arte
Como muchos milagros, el de la Casulla de San Ildefonso también tiene su representación en el arte. Desde Cleronet, nos gustaría destacar la obra de El Greco ‘La imposición de la casulla a San Ildefonso’. Se trata de una de las pocas esculturas de este artista que han llegado hasta nuestros días. Si deseas contemplarla, debes saber que se exhibe en la sacristía de la Catedral de Toledo.
Asimismo, inspirado por esta obra, Diego Velázquez pintó un cuadro con el mismo nombre. Éste se conserva en el Centro Velázquez de la Fundación Focus, en Sevilla.
También en el Museo del Prado se encuentra el óleo homónimo hecho por Juan Sánchez Cotán (quien, por cierto, se trata del primer pintor español del que conocemos bodegones).
Conclusiones
Ahora ya conoces el misterio de la Casulla de San Ildefonso. Esperamos que te haya parecido una historia interesante. Por cierto, si tú mismo buscas casullas para sacerdote de colores, puedes comprarlas en la tienda online de Cleronet.
